Introducción.
El ser humano desde que puso los pies sobre la tierra, ha desarrollado diversas formas de pensar. Diferentes formas de ver la vida, de acuerdo a sus necesidades, y comodidades.
Hagakure: libro Samurai, nos describe la vida, rutina, doctrina, que sigue el legendario Samurai. Personajes dignos de respeto; siempre se guiaron con el valor de su convicción, sus raíces, su determinación.
Lo cierto es que en nuestras costumbres ya no están tan distantes, a pesar, de los años, de la época social, de los avances tecnológicos y de la diferencia de conocimientos, que nos separan de aquellos hombres, su doctrina pesa más que muchas de nuestras conductas.
Relación existente entre el Hagakure y la calidad
El hombre productivo se dice que vive para servir a sus semejantes. La relación que existe entre un hombre común y un samurái es la conducta. En el ámbito laboral los empleados viven para servir a sus jefes, a su empresa, a sus clientes, buscan mejorar la calidad de los productos no directamente para consumirlos sino para pueda convencer al hombre. Un hombre que busca el 100% de calidad no la aplica sólo en su trabajo sino también en su vida, una vez inmerso en el concepto de la calidad es imposible no buscar la mejora, ¿cómo se logra esto? Sencillo, haciendo bien las cosas desde el principio. Un verdadero Samurai consagra todo su tiempo al perfeccionamiento de si mismo. Es por ello que el entrenamiento es un proceso sin fin".
Esto se logra sabiendo morir en cada instante de nuestra vida, viviendo el instante, el aquí y ahora, sumido en el eterno presente, en vez de abandonar el campo de batalla cotidiano. Cuando tenemos algo en las manos con una "capacidad expansiva" aparentemente, tendemos a dar por hecho su futuro, y dejamos de preocuparnos por cómo está, cómo se ve, cómo lo hacemos, es decir, la calidad depositada en ese "algo" deja de interesarnos. Para el Samurai, la vida es un desafío, y la muerte es preferible a una vida indigna o impura.
Si buscamos calidad, debemos esforzarnos desde el principio, que la flojera no se interponga a donde queramos llegar, sigamos el ejemplo del viejo Samurai que no mostraba jamás señal alguna de pereza en su haceo y su presentación. Recordemos que la calidad es para todo y en todo debe estar y siempre ser mejor. Todos buscamos algo en común; una razón para continuar, deseos de superación, de vivir, etc. Talvez tengamos diferentes caminos, pero al final, todos llegaremos al mismo punto.
Conclusión: Durante una crisis, cuando existen tantas posibilidades de vida como de muerte, debemos escoger la muerte. No hay en ello nada difícil; sólo hay que armarse de valentía y actuar.
El ser humano desde que puso los pies sobre la tierra, ha desarrollado diversas formas de pensar. Diferentes formas de ver la vida, de acuerdo a sus necesidades, y comodidades.
Hagakure: libro Samurai, nos describe la vida, rutina, doctrina, que sigue el legendario Samurai. Personajes dignos de respeto; siempre se guiaron con el valor de su convicción, sus raíces, su determinación.
Lo cierto es que en nuestras costumbres ya no están tan distantes, a pesar, de los años, de la época social, de los avances tecnológicos y de la diferencia de conocimientos, que nos separan de aquellos hombres, su doctrina pesa más que muchas de nuestras conductas.
Relación existente entre el Hagakure y la calidad
El hombre productivo se dice que vive para servir a sus semejantes. La relación que existe entre un hombre común y un samurái es la conducta. En el ámbito laboral los empleados viven para servir a sus jefes, a su empresa, a sus clientes, buscan mejorar la calidad de los productos no directamente para consumirlos sino para pueda convencer al hombre. Un hombre que busca el 100% de calidad no la aplica sólo en su trabajo sino también en su vida, una vez inmerso en el concepto de la calidad es imposible no buscar la mejora, ¿cómo se logra esto? Sencillo, haciendo bien las cosas desde el principio. Un verdadero Samurai consagra todo su tiempo al perfeccionamiento de si mismo. Es por ello que el entrenamiento es un proceso sin fin".
Esto se logra sabiendo morir en cada instante de nuestra vida, viviendo el instante, el aquí y ahora, sumido en el eterno presente, en vez de abandonar el campo de batalla cotidiano. Cuando tenemos algo en las manos con una "capacidad expansiva" aparentemente, tendemos a dar por hecho su futuro, y dejamos de preocuparnos por cómo está, cómo se ve, cómo lo hacemos, es decir, la calidad depositada en ese "algo" deja de interesarnos. Para el Samurai, la vida es un desafío, y la muerte es preferible a una vida indigna o impura.
Si buscamos calidad, debemos esforzarnos desde el principio, que la flojera no se interponga a donde queramos llegar, sigamos el ejemplo del viejo Samurai que no mostraba jamás señal alguna de pereza en su haceo y su presentación. Recordemos que la calidad es para todo y en todo debe estar y siempre ser mejor. Todos buscamos algo en común; una razón para continuar, deseos de superación, de vivir, etc. Talvez tengamos diferentes caminos, pero al final, todos llegaremos al mismo punto.
Conclusión: Durante una crisis, cuando existen tantas posibilidades de vida como de muerte, debemos escoger la muerte. No hay en ello nada difícil; sólo hay que armarse de valentía y actuar.
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